23 de diciembre de 2024

Dossier de Prensa

Libertad Informativa

Música para tus ojos, ritmos hechos letras

El pasado 30 de abril se conmemoró al jazz como el género musical que trabaja en pos de la dignidad humana, la democracia y los derechos civiles. Sus ritmos refuerzan la lucha contra todas las formas de discriminación y racismo al promover la innovación, improvisación e integración de expresiones artísticas, entre ellas la literatura. Para sumarse a la celebración, en Dossier de Prensa te sugerimos los siguientes títulos.

Los ritmos del jazz no son sólo para adultos. Los niños pueden acercarse a través de Soul, la novela (Planeta junior), de Disney. En esta obra el músico Joe Gadner se separa de su cuerpo en el día más importante de su vida y deberá convencer a 22, un alma sin rumbo, para que lo ayude a regresar a la Tierra a cumplir sus sueños.

Esta novela es un tanto filosófica al explorar preguntas sobre el ser y estar de la humanidad. Y mientras se sugieren respuestas a esos cuestionamientos, el jazz y sus ritmos acompañan a los personajes. Disponible en formato físico y electrónico.

Para darle seguimiento a esta aventura, Soul, diario de emociones (Planeta junior), de Disney, es un viaje para descubrir el interior personal. Para explorar en sí mismo, es necesario un mapa y este libro contiene instrucciones provocadoras para hacerlo.

El jazz, toma relevancia aquí al evocar con hermosas ilustraciones inspiradas de la película Soul. Las páginas de esta obra alientan a encontrar aquello que inspira y a apreciar cada momento del día, agradecer a los mentores de la vida para siempre dar un paso adelante.

En Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes. 100 historias de mujeres extraordinarias (Planeta), de Elena Favilli y Francesca Cavallo, se encuentran narraciones de dos jazzistas ejemplares. Nina Simone veía en el jazz no sólo música, sino “una forma de vida, una forma de ser y una forma de pensar”.

A su vez, Melba Liston rompió todos los esquemas al ser la primera mujer trombonista en formar parte de una big band y arreglista de jazz, un campo dominado por los hombres. Ambas son referentes en este género musical y sus influencias alientan a la creación de nuevos ritmos.

Es sabido que Haruki Murakami es melómano y el jazz es una de sus pasiones. En Música, sólo música (Tusquets Editores), el autor presenta conversaciones que sostuvo con su amigo Seiji Ozawa, antiguo director de la Boston Symphony Orchestra, sobre piezas de Brahms y Beethoven; de Bartok y Mahler; y de pianistas como Glenn Gould, una de las mayores influencias en el jazz.

Con este libro el lector tiene una experiencia literaria y musical a la vez, mientras disfruta leyendo amenas charlas, tiene la oportunidad de hacer pausas para escuchar extraordinarias piezas de los músicos que se refieren.

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Cristian Núñez