22 de noviembre de 2024

Dossier de Prensa

Libertad Informativa

Llega el Glamping a Tlaxcala

El Glaming es una nueva forma de acampar, acampar con estilo, con glamour y es por ello que Tlaxcala se suma a la tendencia de ofertar estas nuevas experiencias en hospedaje, ejemplo de ello es Glamping Amate, el cual se ubica en el Pueblo Mágico de Huamantla y apuesta a alejarnos de lo cotidiano sin perder de vista las medidas de seguridad necesarias que forman parte de la nueva normalidad.

Los directivos explican sobre Glamping Amate, “Nuestras burbujas mezclan la tradición nahuatl, con el lujo y glamour que un hotel burbuja ofrece”.

“Nuestro nombre, Amate, proviene del nombre del pueblo mágico que nos vio nacer (Huamantla, que en nahuatl significa «lugar de los bosques de amate»). Mientras que Glamping es una combinación del glamour y camping. Las mezclas de ambos elementos dan una experiencia vanguardista que hace referencia a nuestro pasado”.

Localizado en el Pueblo Mágico de Huamantla, Tlaxcala, experiencia que te permitirá disfrutar tanto del arrullo de las estrellas y una vista inigualable del volcán La Malinche.

Glamping Amate está a 30 minutos de Tlaxcala; 50 minutos del Santuario de las Luciérnagas en Nanacamilpa, Tlaxcala; 1 hora de Puebla; 2.5 horas de la Ciudad de México.

Con un diseño contemporáneo, por eso en cada burbuja te encontrarás con sillas acapulco, carretes de hilo gigantes colocados como burós a los costados de la cama que a su vez tiene como base tarimas, entre otros detalles.

Mientras que, para complementar la estadía cuentan con área de fogata, cenas románticas, y servicio de concierge que permite a los huéspedes planear actividades de turismo histórico, de montaña, así como tours a los atractivos de la región como el Santuario de las Luciérnagas.

Las tres burbujas que por el momento conforman Glamping Amate pueden cambiar de ubicación, por pandemia, en este momento se encuentran dentro de los jardines y terraza de un hotel en el corazón de Huamantla, lo que brinda una ventaja, al contar con todas las comodidades de este, pero una vez que las autoridades locales lo permitan, regresarán a las faldas de la montaña.

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Beatriz Pérez Dávila