13 de noviembre de 2024

Dossier de Prensa

Libertad Informativa

La Era Trump con un nuevo nacionalismo, desechando la globalización

>> La gran potencia se aísla del mundo para reinventarse, sin descuidar su poder hegemónico

Con una contundente victoria en las pasadas elecciones presidenciales en Estados Unidos, Donald Trump será el próximo presidente de la nación más poderosa del mundo con 312 distritos electorales contra 226 de la candidata demócrata Kamala Harris, 52 para el Senado y 214 en la Cámara de representantes, Trump no sólo ganó la presidencia, sino una mayoría en el Congreso norteamericano. Harris tuvo 46 en el Senado y 203 en la cámara baja.

Trump asumirá el cargo de su segundo mandato el próximo 20 de enero y tendrá hasta el 2029 para cumplir sus promesas de campaña, cuando tenga 82 años y medio y sea el presidente más viejo de la historia de ese país.

En las últimas décadas hemos vivido en la continua ponderación de la globalización, gracias a la cual el sentido nacionalista se ha ido diluyendo para dar paso a una sociedad de conciencia mundial, con vistas a un mundo con fronteras cada vez más diluidas y transparentes, donde las comunicaciones y sobre todo los medios y las redes sociales nos han acercado a la problemática de las regiones más alejadas del mundo, incluso del mismo país, donde antes era casi inaccesible la información y por tanto el conocimiento de los acontecimientos más relevantes o que más impactan nuestra conciencia del mundo y del devenir cotidiano, que muchas veces trasciende nuestras vidas, como la pandemia del Covid-19.

Sin embargo, la frontera de los Estados Unidos detendrá de alguna manera la globalización y el internacionalismo, pues Donald Trump ha prometido velar por los intereses de su país como prioridad de su gobierno, una decisión, que si bien afectará la geopolítica mundial, nos lleva a una nueva reflexión sobre la política internacional que se ha impuesto, muchas veces con un gran costo para las naciones y sobre todo respecto a su soberanía.

El mundo ha estado inclinándose hacia una política globalizadora y modernista con un trasfondo socializador que elimina no sólo las fronteras por el mercado global, sino por las nuevas tendencias de la agenda 2030 cargada de una  ideología que pretende la estandarización de la humanidad, donde los derechos humanos han sido esgrimidos para impulsar el aborto, la migración, el crimen organizado, bajo el argumento de la libertad del individuo de consumir todo tipo de sustancias y apetencias, así como de transgredir el derecho a la propiedad ajena, sin importar los daños colaterales, como en el caso del tráfico de personas, el secuestro, el narcotráfico, la pornografía, la propiedad intelectual, etc.

Pero además, so pretexto de la muy ponderada democracia, se avalan incluso elecciones poco transparentes para que continúen gobiernos autoritarios que lejos de velar por los intereses de sus pueblos, trabajan a favor de una agenda global. No sólo en países pobres o en desarrollo, incluso en Europa, lo vemos claramente en España, donde un gobierno cuestionado ampliamente por la corrupción, se aferra al poder, violando la normativa jurídica; por eso no extraña lo sucedido en Valencia, porque el apoyo a los migrantes es más importante que el bienestar de los españoles. Mientras la población valenciana luchaba por su vida, el gobierno se dedicaba a auxiliar a miles de migrantes, facilitándoles la entrada al país.

Donald Trump tiene las características de todo dictador, por su carácter arrebatado, por su terquedad, por su manera agresiva de dirigirse a todo aquel que se le oponga, pero su propuesta de gobierno está encaminada a la protección de los ciudadanos norteamericanos, bajando impuestos, con proyectos sociales de vivienda, de eliminación de impuestos para los pensionados, un gobierno centrado en la política pública interna, para fortalecer a los EEUU. Habla de terminar la construcción de un muro para evitar la migración, sí, pero no dice que prescindirá de la mano de obra de los migrantes, que representan alrededor de un 17% de los trabajadores agrícolas y un 13% del sector de la construcción.

Lo que si ha dicho es que la migración debe hacerse de manera ordenada para que entren sólo personas productivas que aporten al país, lo cual desde la perspectiva interna suena razonable, desde la agenda internacionalista es un atropello. Sólo vemos los miles de migrantes que han ingresado en Europa sin control, por lo que no es extraño que la inseguridad, la delincuencia y la invasión de musulmanes de Medio Oriente y África dará pronto un giro no sólo en la conformación de la sociedad europea, sino a su ideología. Con la eliminación de sus fronteras, su cultura y el sentido de nación corre el riesgo de perderse.

¿Menos impuestos en Estados Unidos? En una economía que necesita tantos recursos suena demencial, pero el equilibrio está en aumentar los aranceles, entre el 10% y 20%, incluso en algunos casos hasta el 60%, lo que seguramente afectará los tratados de libre comercio. Y esta iniciativa va dirigida concretamente a China, su mayor competidor comercial, que permeando todo el planeta con sus empresas, ha logrado invadir al mundo con sus productos, para entrar a través de terceros al mercado norteamericano, ahorrándose miles de millones en impuestos.

Los productos chinos han invadido el mundo entero y ya es normal ver sus tiendas en todos los continentes llenas de productos desechables, muchos de ellos señuelos para el consumo, sin ninguna utilidad a largo plazo, pero si para generar ingresos que rebasan cualquier expectativa de ventas. Y no sólo eso, la expansión china ya está acaparando el mercado inmobiliario de regiones enteras desde hace años, de manera subrepticia, al tiempo, porque ahí está un foco rojo de separatismo nacionalista, suena descabellado, pero sólo esperemos a verlo. Ojalá me equivoque.

¿Y el papel de EEUU como potencia hegemónica? Trump ha dicho que terminará con la guerra en Ucrania, lo cual preocupa a los países europeos, porque automáticamente fortalece a Rusia, ya que pretende concentrarse en los problemas domésticos para fortalecerse, la guerra le ha costado mucho a los norteamericanos y una de sus preocupaciones es el seguir financiando las guerras en el mundo, mientras su economía se debilita. Pero, hay que recordar que Donald Trump apoya al sindicato del rifle y por tanto a la industria armamentista, por lo que para él es un negocio más, muy redituable, por cierto.

Respecto a Israel, está a favor del sionismo, sin embargo ha dejado claro que no está de acuerdo con los métodos del primer ministro de Israel, Benjamín  Netanyahu. El próximo presidente norteamericano ha dicho ya que no aceptará la entrada de palestinos, política encaminada a evitar entren terroristas en Norteamérica, que es una de las prioridades.

Respecto a México, aunque ha sido muy duro al hablar de los muertos por fentanilo, exagerando la cifra a 3 millones, pues de acuerdo a cifras oficiales de Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU., CDC, del 2021 a la fecha mueren entre 70,000 y 110,000 personas por sobredosis de fentanilo, lo que nos indica que ya han muerto alrededor de medio millón de personas por sobredosis, aunque no se sabe de las víctimas por el consumo habitual y por causas relacionadas a esta droga y otras.

Considerando que es un hombre práctico en sus decisiones, es poco probable que Trump tome medidas extremas que afecten a México, su principal socio comercial. Además de ser un país vecino con el que comparte no sólo un gran interés comercial, sino histórico, social y estratégico, cuya inclinación política es de una gran relevancia, por lo que no es extraño que EEUU vaya a procurar una relación tersa con Rusia, aunque si de menor consideración con México, sobre todo porque como ya lo hizo en su primer mandato, exigirá se blinde la frontera sur a costa del gobierno mexicano. Y mucho influirán las remesas que los mexicanos envían a México, sólo en el 2022 ingresaron 58,497 millones de dólares por este concepto, que equivalen a un 4% del PIB.

Respecto al narcotráfico, es altamente probable que la presión de Trump se haga realidad, porque es un tema que realmente ha afectado a la población norteamericana y es un tema de salud pública de primer orden; pero, además, el poder que han adquirido las organizaciones criminales es un tema de seguridad nacional, pues como bien lo ha dicho el próximo presidente norteamericano, es tal su poder que en cualquier momento pueden sustituir al gobierno mexicano. No dudemos que las acciones contra este problema serán contundentes. La narcoeconomía no es un tema nacional, ni regional, sino global y la agenda Trump pretende cambiar el rumbo.

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Redacción