21 de diciembre de 2024

Dossier de Prensa

Libertad Informativa

La amenaza terrorista permanece y se fortalece por su alto contenido ideológico

Hay una continua movilidad migratoria que cambiará la concepción geopolítica del planeta a mediano plazo

La seguridad global tiene muchas aristas y una de las más importantes por su grado de complejidad es el terrorismo y el crecimiento inaudito de inmigrantes que prácticamente han rebasado a muchos países del mundo. Situación a la que se añade una mayor complejidad derivada de las ideologías y el choque cultural que normalmente conlleva este fenómeno.

Migración

Si bien, ha sido una constante en la historia de la humanidad y un elemento fundamental de desarrollo de la cultura, la ciencia, las artes, etc., no se puede negar que uno de los más grandes desafíos de hoy día son las migraciones, que han surgido como resultado de los problemas medioambientales que han generado escasez y hambrunas. Lo mismo que las guerras continuas, la inseguridad, el terrorismo y los regímenes totalitarios, obligando a cientos de miles y millones de personas a abandonar su país para sobrevivir en busca de una vida mejor, oportunidades de trabajo y educación. Pero, además, con ellos también transitan integrantes de grupos terroristas, agitadores profesionales y delincuentes que casi nunca son detectados.

La marea de migrantes se mueve hacia el Norte y Occidente atraídos por su estabilidad y riqueza. Vemos que uno de los grandes problemas que enfrentan los países europeos, así como los del norte de América, México, Estados Unidos y Canadá, en donde la ola de migrantes ha rebasado totalmente a las autoridades.

Actualmente más de 536 millones de personas han tenido que emigrar a otro país. Estados Unidos ocupa el primer lugar de destino, con más de 50 millones de inmigrantes, seguido de Alemania con más de 13 y medio millones, Arabia Saudita con diez millones y medio y Reino Unido con más de nueve millones.

Como podemos ver, el número no corresponde con el espacio territorial, sino con el poder económico del país de destino lo que también genera sobrepoblación, como es el caso de Europa y la Península Arábiga.

Estados Unidos ha logrado capitalizar con éxito el flujo migratorio debido principalmente a la necesidad de mano de obra barata, pero en las últimas décadas el crecimiento de la oferta ha superado por mucho a la demanda, lo que explica el rechazo de miles de migrantes estacionados en sus fronteras, problema que se endosa a México, que tiene que hacerse cargo de toda la logística que ello implica, además de los problemas de seguridad, ya de por sí graves en todo el país. Muchos inmigrantes, lamentablemente, son víctimas del crimen organizado, ya sea que sean reclutados, tomados como esclavos para trabajar o desaparecidos.

En Europa el problema se ha multiplicado debido a la guerra de Siria, en Afganistán, los regímenes totalitarios del Norte de África y la hambruna, así que la salida más lógica fue Europa, que tiene un alto nivel de vida, sistemas políticos con certidumbre jurídica y una legislación laboral de avanzada.

Pero, el arribo de cientos de miles y millones de personas que entraron a Europa, ya sea como refugiados o simplemente como inmigrantes legal o ilegalmente, saturó todos los servicios del Estado y lo que en un principio fue tomado como una acogida humanitaria propia de un país civilizado, se convirtió en una pesadilla, con tragedias cotidianas en el Mar Mediterráneo; mujeres, niños, jóvenes y ancianos ahogados al querer navegar en embarcaciones improvisadas o en barcos sobrecargados. Italia y España principalmente han tenido que enfrentar estos problemas. Miles de personas han perecido al tratar de llegar a Europa, que ya no es lo que era.

Anteriormente los europeos estaban agobiados por la inmensa cantidad de turistas veraniegos, que prácticamente invaden toda la UE, aunque dejaban una gran derrama de divisas. Ahora, Europa está inundada, pero de personas que vienen huyendo de la guerra y el hambre, poniendo en riesgo la estabilidad regional.

Y aunque el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, el Presiente de la Unión Europea y otros altos funcionarios han tratado de establecer mecanismos para dar cabida a migrantes, el problema no ha podido resolverse. Son ciudadanos de muchísimas nacionalidades, principalmente de Siria, Afganistán, Somalia Sudán, Sudán del Sur, República Democrática del Congo, Birmania, la República Centroafricana, Iraq, Eritrea, Pakistán, Líbano, Irán, Etiopía, Jordania, Kenia, Chad, Uganda y China, que es el país que más migrantes tiene en todo el mundo.

El resultado de esto se está viendo ya: la integración social ha sido más que complicada, aunque la apertura de los países europeos los ha beneficiado muchísimo, porque los ha integrado a su sistema de salud, educación, de seguridad social en general. Sin embargo, los nuevos pobladores de la UE llevan consigo sus costumbres, religión, creencias, idiosincrasia, educación e ideología, por lo que realmente no se han integrado a la sociedad europea, que no obstante les ha brindado todas las facilidades, prueba de ello es que muchas iglesias antes cristianas, ahora son mezquitas.

Los pueblos que llegaron sólo observan su propia ley sobre la del Estado, porque siendo una mayoría musulmana, imponen la sharía, o la mutilación genital a las mujeres y el hecho de que al casarse pasan a ser propiedad del marido las esclaviza. Viviendo en sociedades completamente cerradas en donde no permiten la intervención del Estado para proteger a mujeres y niños en estado de indefensión.

Europa es, hoy día, un lugar donde se están creando nuevas formas de pensar que parecían ya superadas y en su propio territorio se está llevando a cabo una constante labor de adoctrinamiento. Son públicos los casos en los que se han reclutado a jóvenes originarios de los países de acogida, hombres y mujeres para participar en organizaciones terroristas, luego de un cuidado trabajo de convencimiento, principalmente a través de internet.

Es muy posible que el gran problema esté en la falta de un modelo adecuado en el sistema de acogida, porque hay suficientes recursos tecnológicos, científicos, de inteligencia y de seguridad pública para detectar a personas que pudieran representar un peligro para la seguridad nacional. Y es que la inmigración ilegal ha ganado terreno, ante la falta de capacidad humana para atender el problema. Y Estados Unidos no escapa a este fenómeno.

Terrorismo desde sus bases

El terrorismo islámico no surgió hace poco, pues tiene su origen en el ideal de liberación de territorios musulmanes en manos de Occidente. La ubicación geográfica de los países islámicos, la llamada antiguamente Media Luna Fértil, estuvo en conflicto desde el inicio desde la formación del islam. El Corán, tomado de la Biblia, libro sagrado que revela las enseñanzas del Arcángel Gabriel, para ellos el último profeta, está compuesto por 114 suras que detallan el modo en que debe vivir el musulmán, que debe tener absoluta sumisión a Alá, renunciando a todo tipo de politeísmo y constituye un elemento esencial para comprender el carácter teocrático y violento de la conquista dispuesta a la conversión o eliminación del Infiel.

Por eso la lucha armada fue denominada “sendero de Alá” y es a través de ella el musulmán alcanza la trascendencia divina. El mismo Mahoma participó en decenas de batallas en nombre de Alá, por lo que se instituyó como el modo natural de expansión del islam, logrando así dominar la Península Hispánica.

Sin embargo, el mismo Corán señala que la violencia y la muerte innecesarias son injustificadas, de ahí la importancia que existe en la interpretación de El Corán. El musulmán fue llamado a combatir en contra del judaísmo y el cristianismo, por considerarlas doctrinas que no se someten a Dios y es en su nombre y dentro de esa lucha en que la muerte está aceptada y promovida: «Combatid contra ellos hasta que dejen de induciros a apostatar y se rinda todo el culto a Alá. Si cesan, Alá ve bien lo que hacen»; «Cuando hayan transcurrido los meses sagrados, matad a los asociadores dondequiera que les encontréis. ¡Capturadles! ¡Sitiadles! ¡Tendedles emboscadas por todas partes!»

La ortodoxia islámica, impartida en todas las universidades de los países islámicos, no ha variado desde la Edad Media y los intentos por renovarla han fracasado. Bajo estos preceptos ideológicos actúan las organizaciones terroristas, que, por otro lado, tergiversan las enseñanzas del Profeta Mahoma, quien claramente señaló que es a través del conocimiento como mejor se llega a la plenitud de la divinidad. Sin embargo, vemos como el sometimiento de todos, sobre todo de las mujeres, es su premisa distintiva y la ignorancia, negando la educación, la imposición más severa.

Pero no sólo eso, porque la polarización o radicalización es una premisa necesaria para sus organizaciones. Y ahí la extrema derecha y la extrema izquierda son necesarias para justificarse, identificándose con esta última, que se ha caracterizado por su extremismo radical, con sistemas totalitarios que le van muy bien, con ideologías en conceptos utópicos, bajo la idea del absoluto que legitima a un Estado perfecto que inclusive se deshumaniza para destruir al adversario que no comparta las mismas ideas.

Por eso no es raro que la izquierda se ha alineado con el islamismo radical, bajo la bandera del combate al liberalismo, al imperialismo y a las políticas que enfaticen en determinada identidad nacional, fracturando este concepto a través de la inmigración y negando el multiculturalismo, así como la multilateralidad. Buscan la homogeneidad en un reduccionismo incoherente con la realidad.

No es extraño que veamos la propaganda del terrorismo islámico en varios idiomas, si bien en un principio sólo fue el árabe, luego fue el inglés y las lenguas europeas, ahora el español cobra su auge, en un aumento exponencial que busca llegar a los países de América Latina e hispanohablantes. De acuerdo con datos del Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo, sólo en el 2019, los yihadistas lanzaron más de 3 millones de mensajes intimidatorios a través de Internet y redes sociales.

El experto internacionalista Mauricio Meschoulam señala que, si bien México tiene su propio contexto, no puede desestimar el riesgo que representan estos mensajes, puesto que la violencia se manifiesta de diferente manera, aquí los riesgos se traducen en violencia criminal, el extremismo violento deriva en crimen organizado, que es uno de los grandes pendientes de los gobiernos en las últimas décadas.

La alerta está dada, sutil, casi silenciosa, subrepticia, porque ya hay grupos trabajando en el adoctrinamiento en México y otros países de América Latina: Argentina, Nicaragua, Chile, Venezuela, Colombia, etc.

Si bien, en México no es muy común ver a mujeres usando hiyab, ya comienzan a verse mucho más que antes. Al Oriente de la ciudad, por la Magdalena Mixhuca, hay propaganda para reclutar mujeres al mundo musulmán, con el atractivo ofrecimiento de practicar artes marciales y otros deportes que hacen ver a mujeres cubiertas con el hiyab como súper heroínas, poderosas y atractivas. El anzuelo fue echado al agua.

Mujeres que han sido convertidas al islam consideran que el uso del hiyab es un orgullo y muestra su libertad de mostrarse a quienes ellas han decidido y al hablar de que pasan a ser propiedad del esposo al casarse, han sido convencidas de que esto no implica que sean “sus esclavas”, sino “su posesión más valiosa”. Un prisma muy singular de ver las cosas.

En México hay mezquitas en varias partes de la República, registradas como asociaciones civiles, no religiosas. En la Ciudad de México están principalmente en Aragón, Polanco y Santa María a Rivera.

En los últimos años se han instalado más, hay por lo menos: 1 en Torreón Coahuila, chiíta, desde 1989, fue la primera mezquita en México; 1 en Puebla; ; 5 en Baja California, 1 en Rosarito, 3 en Tijuana y 1 en Mexicali; 4 en San Cristóbal de las Casas y 1 en Comitán, Chiapas; 1 en Monterrey, N.L.; 1 en Aguascalientes; 1 en Tequesquitengo, Morelos; 1 en Arquitos, Chihuahua; 2 en Guadalajara, Jal.; 1 en Yucatán; 1 en el Estado de México.  La influencia más numerosa es la sunnita, pero hay chiitas y sufíes. Y es posible que existan muchas más que no se tienen registradas.

Según el Departamento de Estado de Estados Unidos hay 1,700 millones de musulmanes en el mundo. En México es el grupo religioso más reducido, hay 7,982 musulmanes, según el INEGI.

Sin embargo, la sombra del Islam se extiende por todo el mundo, independientemente de los países considerados musulmanes, en los de otro credo han ido en aumento, comenzando a ser significativo su número de acuerdo al porcentaje poblacional, por ejemplo: en Australia (2.6), Canadá (3.2), Austria (8),  Bélgica (7.6) Dinamarca (5.4), Francia (8.8), Alemania (6), Liechtenstein (5.4), Luxemburgo (3), Malta (2.6), Países Bajos (5.1),Noruega (3.2),Rusia (15)España (2.6), Suecia (8.1), Suiza (5.2), Reino Unido (6.3), Grecia 5.2), India (14.2), Italia (4.8).

En América Latina no llegan al 1% de la población, pero de acuerdo a la tendencia, estos porcentajes aumentarán y la cuestión es que a mediano plazo comenzarán a tener una participación más relevante en la vida política, cultural y social de las naciones.

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Redacción