Apenas iniciaban los bombardeos en la Franja de Gaza, cuando, en una inusual respuesta inmediata, el Gobierno de México, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores, emitía un comunicado de prensa, el número 417, del que tomo dos párrafos que llaman la atención.
“Todo acto terrorista constituye una amenaza a la paz y la seguridad internacionales, lo que demanda la plena cooperación de todos los Estados para prevenirlos y sancionarlos. Ninguna causa justifica el recurso al terrorismo”.
“México reconoce el derecho a la legitima (sic) defensa que asiste a Israel, el cual debe regirse por las condiciones establecidas en el derecho internacional. Asimismo, condena el uso de la fuerza, independientemente de quien provenga, principalmente cuando los objetivos han sido civiles, en franca violación al derecho internacional humanitario”.
Aquí pueden consultar el documento completo: https://www.gob.mx/sre/prensa/el-gobierno-de-mexico-expresa-su-maxima-preocupacion-por-conflicto-entre-israel-y-palestina-y-condena-todo-acto-en-contra-de-civiles.
De facto, el gobierno mexicano califica como actos terroristas las acciones de Hamas, un grupo que nunca se ha autodenominado como terrorista, más bien así lo califican el gobierno de Israel y sus aliados.
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador afirma que Israel tiene derecho a defenderse y que entonces podrá responder militarmente al ataque. Eso sí, le pide a Israel que respete las convenciones internacionales.
Esta administración se ha caracterizado por su poco conocimiento del contexto internacional o al menos es lo que han demostrado. Tal vez este gobierno de izquierda no está informado de que durante 60 años el Estado de Israel ha invadido territorios de Palestina, restringiendo libertades, criminalizando la protesta social y cometiendo asesinatos individuales y colectivos bajo el pretexto de “defenderse de los terroristas”.
En su libro “Todo lo que necesitas saber sobre Terrorismo” (Paidós, 2015), la periodista argentina Ana Prieto escribe: “De todos los tipos de violencia política que existen, el terrorismo ha resultado históricamente el más difícil de definir. Los debates que comenzaron hace 50 años en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) han hecho pocos avances respecto de una acepción universal y operativa de ‘terrorismo’, lo que no ha impedido su abordaje en cantidades de documentos oficiales. La permeabilidad del término no se agota a la vieja contradicción que suele invocarse para explicar la falta de acuerdos (lo que para algunos es terrorismo para otros es una lucha por la libertad), sino que se extiende funcionalmente hacia las percepciones acerca de la naturaleza del terrorismo y sus responsables”.
Medios y periodistas han caído en la trampa ideológica que extrañamente comparten con el Estado mexicano de calificar a Hamas como terroristas y legitimar el contraataque israelí, país al que ponen como víctima.
Es la pobreza intelectual que desnuda una postura generalizada en nuestro país de criminalizar a priori al pueblo palestino.
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