>> Se desató una cascada de acusaciones, que tuvo eco, incluso en Donceles
La orden desde las alturas fue que todo Morena volara en escuadrón, para agarrar de piñata al nuevo dirigente nacional del PAN, Jorge Romero, quien no es querido en la 4T, especialmente por la inquilina de Palacio Nacional.
Los morenistas quieren reforzar la idea de que Romero es el verdadero jefe del llamado Cártel Inmobiliario en Benito Juárez, y que las instituciones no pueden ser encabezadas por personajes que cuenten con mala reputación
Con esos argumentos, la 4T se da un tiro en el pie, a menos que no recuerden a Mario Delgado al frente de Morena; a Alberto Anaya, en el PT, o a Hugo Eric Flores, en el PES, por ejemplo, todos aliados del oficialismo.
Dicen que para tener la lengua larga hay que tener la cola corta, y eso es lo que menos tienen quienes hoy gobiernan el país. Como la nueva dirigente morenista, Luisa Alcalde, quien fue de las primeras en señalar que el PAN eligió al líder de un Cártel Inmobiliario.
Parece que la exsecretaria de Gobernación olvidó de pronto que, en febrero pasado, fue exhibida por construir un edificio de apartamentos de lujo, que comparte con su hermana Bertha, la exdirectora del ISSSTE, y que en breve será la nueva fiscal de la Ciudad de México.
Un reportaje de Latinus, que nunca fue desmentido, señala que las hermanas compraron a un excolaborador de ellas una casona en la colonia Roma Sur, y que en 2020 la derribaron para hacer un edificio de departamentos, con roof garden y varios lujos más.
Nada de malo tendría que las Alcalde edificaran una propiedad, adquirida con algunas donaciones de sus padres, dijeron, pero el problema es que no solicitaron los permisos legales y ni siquiera avisaron del término de obra, que les autoriza a ocuparlos.
Según el Reglamento de Construcción, al concluir una obra, el propietario dispone de 15 días para notificar su finalización; no presentaron documentación alguna.
Este caso es sólo el de Luisa y Bertha, pero están los de Manuel Bartlett, Rocío Nahle, la familia Monreal, el propio Delgado y un sinfín de personajes. Y ya ni hablar del Cártel del Bienestar que Morena fundó en el Invi, liderado por gente cercana a Martí Batres.
Es claro que Romero les produce urticaria, pues unas horas después de ser elegido, fue tema de la mañanera presidencial, donde la propia Claudia Sheinbaum dio la voz de arranque a la campaña masiva contra el líder de los suspiritos azules.
De ahí se desató una cascada de acusaciones, que tuvo eco, incluso en Donceles, donde el martes Morena y el PAN se agarraron del chongo. Bueno, hasta la vicecoordinadora guinda, Brenda Ruiz, se descosió contra el exjefe delegacional en Benito Juárez.
La exasesora de Adrián Rubalcava olvidó de pronto que hay más de un interesado en saber detalles acerca de su lujoso penthouse en Santa Fe, que, si bien presume como suyo, en realidad pertenece a alguien importante.
Si la 4T tiene elementos, ¿por qué no procede penalmente contra Romero? Parece que el panista hizo muy bien en repetir como diputado federal, pues en cualquier momento puede solicitar regresar a su curul si necesita del fuero.
CENTAVITOS
Por cierto, la madrugada de ayer se estrenó en la 4T la expriista Cynthia López Castro, flamante fichaje de Morena, para votar porque la impresentable Rosario Piedra repita cinco años más como presidenta de la CNDH. Con su voto, Cynthia —quien dijo haber hecho “una profunda reflexión” antes de vestirse de guinda— ratifica que está al mismo nivel de Piedra.
Tu opinión nos interesa: