Por: Edmundo Cázarez
Entrevistar a un General de cuatro estrellas, Diplomado Estado Mayor, es el equivalente al Santo Grial, algo que resulta simple y sencillamente imposible de llevar a cabo. En los últimos cuatro sexenios, este fenómeno se ha dado únicamente en tres ocasiones.
El primero de ellos, sucedió el martes 4 de marzo de 2003, cuando se publicó en primera plana del periódico Excélsior, la entrevista exclusiva que me hizo el honor de conceder el entonces secretario de la Defensa Nacional, General de División, Diplomado Estado Mayor, Gerardo Clemente Ricardo Vega García, (QEPD), la cual, cobra connotada y enorme vigencia en nuestros días, ante la muy lamentable y deteriorada imagen que envuelve a nuestro Ejército Mexicano y como preámbulo del nombramiento, de ese destacado militar que habrá de ocupar la titularidad de la SEDENA, en la administración de la primera presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo.
Durante el sexenio de Felipe Calderón, analistas y periodistas de la fuente presidencial, coincidieron en afirmar que la Secretaría de la Defensa Nacional, tuvo una mayor apertura hacía los medios de comunicación, no obstante que su entonces titular, el general Guillermo Galván, no otorgó entrevista alguna, sino que fue el director de Comunicación Social, Ricardo Trevilla Trejo, quien al inicio de sus funciones, tenía el grado de coronel y hacia finales del sexenio, ascendió a General de Brigada. Hoy, es uno de los integrantes de la terna para convertirse en Secretario de la Defensa Nacional, quien atendía a los medios de comunicación de manera sistemática, encarando a todo tipo medio de comunicación, impreso y electrónico. Quizás, es por eso, que obligó el retorno al tradicional hermetismo de SEDENA, tan resentido por la fuente y hasta por los propios medios, ante la “línea dictada” por el actual jefe Supremo de las Fuerzas Armadas, desde su púlpito de Palacio Nacional.
Lograr entrevistar al entonces secretario de la Defensa Nacional, Clemente Vega García (QEPD), durante el sexenio de Vicente Fox, fue una tarea realmente titánica. Primero, porque me exigieron enviar un cuestionario previo con la temática a tratar y aprobar las preguntas. Segundo, analizar mi trayectoria periodística y que, además, perteneciera a un medio de comunicación de sobrado prestigio. Una vez cumplidos los requisitos, tuve que pasar 4 filtros de seguridad, en donde me solicitaron, respetuosamente, despojarme de todo tipo de objetos metálicos que trajera conmigo, incluyendo cinturón, grabadora, celular, llaves y monedas, poco faltó para que me dejaran completamente desnudo y ser revisado hasta en mis partes nobles.
Debido a la importancia que representaba para este reportero, una entrevista con un secretario de la Defensa Nacional y la trascendencia en cada una de sus palabras, es mi deseo publicar nuevamente, para usted, mi estimado lector, dicha entrevista exclusiva que tuvo a bien concederme. Reconociendo en el general Vega García, su enorme calidad humana, así como mi admiración a un militar de intachable conducta y trayectoria, pero, sobre todo, un extraordinario mexicano y gran ser humano.
Extremadamente serio, pero amable. Educado en su trato. Sencillo y Culto. Firme pero cauteloso en sus declaraciones. Al percatarse de nuestra presencia en su impresionante despacho, ubicado en el cuarto piso de la sede de –SEDENA―, algo así como el Pentágono a la mexicana, se levanta de inmediato de su sillón de piel color negro, con la mano extendida, me invita a sentarme en uno de los sillones que había frente a su enorme escritorio de cedro con una cubierta de cristal, en la que resaltaba, grabado en un fieltro color verde, el Escudo Nacional.
Al general secretario de la Defensa Nacional no le gustaba que le tomaran fotografías durante las entrevistas, argumentaba que lo distraían mucho. Caballeroso y educado, suplica que fuera al término de la misma, cuando nuestro compañero fotógrafo Arturo Saad (QEPD), pudiera imprimir sus placas.
De verdad, impresionaba la amabilidad y cortesía de su trato, Clemente Vega García era un militar que inspiraba respeto y confianza. Cauteloso pero firme en sus expresiones, me dijo: «Quienes integramos el Instituto Armado, somos subordinados, pero jamás, sumisos a la voluntad de un presidente de la República. Un Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas, inteligente y respetuoso pero conocedor de leyes y reglamentos militares, nunca se atreverá en darle órdenes equivocadas al Ejército, mucho menos, en perjuicio de la población»
Asimismo, consideraba que, debido a la pérdida de educación y humanismo en la sociedad, algunos miembros del Ejército y Fuerza Aérea, desafortunadamente, se contaminaron con el narcotráfico; pero ello y de ninguna manera, quiere decir que el Ejército en su totalidad se haya corrompido.
Al cuestionarle si en el interior del Ejército Mexicano existían las improvisaciones. Rechazó categóricamente que en las Fuerzas Armadas existieran oficiales, jefes, y generales sin experiencia. En el Ejército Mexicano no están permitidas las improvisaciones, así como tampoco, desempeñar actividades impropias tales como jardineros o albañiles, totalmente alejadas de su misión principal que es salvaguardar la soberanía nacional. -Hoy en día, es una triste y dolorosa realidad con un ejército mexicano sometido a servirle de rodillas a López Obrador-
El también ex director general del Heroico Colegio Militar ―su Alma Mater―, me dijo que ante la remota posibilidad de una amenaza de Guerra Mundial y no obstante nuestras limitaciones tecnológicas, México no tiene un ejército de juguete, ni tampoco, es un ejército de privilegios. Reconoció que nuestro país no está excluido de posibles actos terroristas, es por ello, que las Fuerzas Armadas nacionales están muy atentas para salvaguardar la soberanía y seguridad nacional.
―»¿Ya les ofrecieron algo de tomar?», nos cuestiona minutos antes de iniciar la entrevista, al momento que ordena a uno de sus ayudantes que no le interrumpan para nada. Un acto de cortesía y decencia que agradecí, lo cual, me llamó mucho la atención.
―Señor secretario, muchas gracias por recibirme en esta entrevista exclusiva. Quiero imaginarme que ¿Desde niño, jugaba a los soldaditos y anhelaba ser secretario de la Defensa Nacional?
―Con una ligera sonrisa exclama «¡Pues fíjese que no!! Recuerdo que tuve una infancia muy normal, como la de cualquier otro niño de mi época. En 1957, cuando ingresé al Heroico Colegio Militar, lo hice motivado porque durante un desfile militar, de un 16 de septiembre, vi a los cadetes y me llamó mucho la atención su disciplina, se despertó en mí, esa inquietud. Me pregunta: ¿Si quería ser secretario de la Defensa Nacional? ¡No hombre! Mi única ambición era llegar a convertirme en general de nuestro ejército”
―¿Ingresa al H. Colegio Militar por una auténtica vocación o para sufragar una necesidad económica en su hogar?
―Súbitamente, el tono de su voz se eleva: «Me molesta mucho que se escriban cosas sobre el Heroico Colegio Militar que están totalmente alejadas a la realidad, pero, sobre todo, este tipo de comentarios, vamos, me parecen una falta de respeto para las escuelas militares, llámense Heroico Colegio Militar, Colegio del Aire o Escuela Médico Militar, porque en estas instituciones se forjan los futuros jefes y oficiales de nuestro Instituto Armado.
―¿A lo mero macho, tenía una auténtica vocación militar?
―Cuando ingresé al Colegio Militar, eran otros tiempos. Ahora, los mismos avances tecnológicos, a nivel mundial, exigen que las vidas de los Cadetes estén a la altura de las necesidades del país.
―¿Era asegurar un “modus vivendi”?
―Quienes ingresan a las escuelas de educación militar lo hacen por un auténtico espíritu de servicio a la nación. Que quede bien claro. ¡No somos un ejército de privilegios!!
―No se enoje señor secretario, solamente le transmito lo que la gente dice en la calle ¿Es verdad que existe un elevado índice de deserción en las escuelas militares?
―Las manos del distinguido militar parecen hablar al moverse con gran rapidez sobre la cubierta de su escritorio y subraya: «La deserción que se registra en los planteles militares obedece primordialmente a factores personales, es decir, los propios alumnos, al primer mes o dos meses de haber ingresado, descubren que, esa, no era su verdadera vocación y optan por irse. Sin embargo, quienes permanecen en nuestros planteles militares, lo hacen porque están convencidos de una auténtica disciplina y dispuestos a levantarse a las cinco de la mañana para iniciar una serie de actividades que los habrán de convertir en hombres de bien y al servicio de la nación»
―¿Es verdad que a los cadetes del Colegio Militar, únicamente los ponen a correr, pero no reciben una preparación académica adecuada?
―Al escuchar esto, el rostro del destacado militar enrojece y deja caer sobre la cubierta de su escritorio sus lentes. Se frota las manos, con tono de voz elevado exclama: «Mire don Edmundo, por las mañanas, reciben instrucción física y académica que está al mismo nivel de cualquier escuela o universidad del país. Por las tardes, continúan con sus actividades”
―¿El Ejército se convierte en papá de los nuevos alumnos?
―El sueño de un cadete es llegar a convertirse en jefe u oficial del Ejército Mexicano. Vamos, prepararse a fondo para llegar a ser general, reciben una enorme cantidad de conocimientos académicos de alto nivel».
―¿Pesa mucho la responsabilidad con la que le distinguió el Presidente Fox como Secretario de la Defensa Nacional?
―»Ser secretario de la Defensa Nacional, es una decisión política y basada en la irrestricta lealtad al presidente de la República. Un acto de lealtad al Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas, y no, al hombre que ocupa temporalmente esa alta distinción»
―¿Simples sumisos a la voluntad del Presidente en turno?
―¡Cuidado con lo que me dice!! «Somos subordinados, pero jamás, sumisos a la voluntad de un presidente de la República».
―Si el Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas del país les da una orden equivocada ¿la obedecen de rodillas?
―El presidente de la República, como ser humano, puede cometer errores y quizás, una de esas órdenes puede estar equivocada.
―Insisto, ¿la reciben de rodillas y la obedecen tal cual?
―No se puede especular ni tampoco se puede afirmar tal cosa. Un Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas, inteligente, respetuoso y conocedor de leyes y reglamentos militares, ¡nunca se atreverá en darle órdenes equivocadas al Ejército!! ¡Mucho menos, en perjuicio de la población, ni utilizar a nuestros soldados en actividades que denigren su dignidad!!
―¿Ni como ocurrió en el 68…?
―Con el rostro sumamente enrojecido exclama… ¡Por favor, no me agreda de tal forma!! Sé que usted es un buen periodista y profesional, por eso acepté recibirlo.
―¿Cómo le hacen en SEDENA para ilustrar al Presidente de la República, convertirlo en Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas, que conozca a fondo Leyes y Reglamentos Militares?
―El presidente de la República es un hombre que trabaja siempre a favor de los buenos destinos del país. El Ejército Mexicano actúa y está dentro de un marco legal y de reglamentos constitucionales.
―Señor Secretario, créame, usted merece todo mi respeto, pero insisto ¿Sigue existiendo esa lealtad incondicional hacia el Presidente de la República sin importar el partido político del que provenga?
―¡Para el Ejército Mexicano no existen partidos políticos!! Sino una gran institución que se llama MÉXICO, así con mayúsculas.
―¿Una lealtad incondicional a ciegas?
―No hay objetivos más claros que un auténtico servicio a la sociedad, con todos nuestros recursos y capacidades.
―¿México tiene el ejército que merece?
―¡Uff!! El Ejército que tenemos, es el mismo que la sociedad mexicana ha decidido tener. Nuestra responsabilidad es salvaguardar el orden, la soberanía nacional y un respeto irrestricto a las instituciones y al Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas.
―¿Señor Secretario, el Congreso de la Unión hizo recortes al presupuesto de SEDENA, se pone en peligro nuestra soberanía?
―El Ejército se ajusta a los presupuestos federales asignados y no por ello, dejaremos de hacer lo que la sociedad confía y espera de nosotros. Los presupuestos federales no son limitantes para nuestros objetivos primordiales, que son la de servir a la sociedad y al país.
―¿Realmente tenemos un Ejército de juguete?
―El general de cuatro estrellas, quizás, un tanto incómodo, se pone de píe de su sillón giratorio. Extremadamente serio, su vista permanece fija en su interlocutor. No deja ni un instante de observarme detenidamente. Respira profundamente y exclama: «Más que hablar de armas, cañones y todo eso, es mucho más necesario hablar de valores, de disciplina, lealtad y un auténtico servicio a la sociedad. ¡De eso es de lo que hay que hablar!
―¿Soldados que agreden a la población, la misma de donde salieron?
―La historia del país nos ha demostrado que México es una nación pacifista, sin embargo, en el Ejército Mexicano, tenemos que enfrentar una constante defensa de nuestra soberanía, basados en un respeto hacia los demás y la concordia ¡Esa es la mejor vía para lograr esa paz!!
―¿A lo mero macho, tenemos un Ejército de juguete con tanques de la prehistoria?
―Aún con enormes limitaciones tecnológicas. ¡México no tiene un ejército de juguete, que le quede bien claro!!
―¿De qué sirve una buena preparación si el armamento es totalmente obsoleto?,
―Cada uno de nuestros soldados deposita su máximo esfuerzo y son sumamente respetuosos de nuestras leyes, de nuestros reglamentos, pero, sobre todo, sienten ese enorme orgullo de pertenecer a nuestro Instituto Armado. Nuestros soldados están decididos a exponen su vida sin otro objetivo que servir a la sociedad y con un claro espíritu de lealtad.
―A lo mero macho, ¿Cuál es el estado real que guarda nuestro Instituto Armado, ante la amenaza de un conflicto armado a nivel mundial?
―Mire usted, acerca de un posible conflicto armado mundial, yo no puedo ni debo opinar sobre este asunto porque es algo que le corresponde única y exclusivamente a la Cancillería.
―¿Un conflicto de leyes en el espacio?
―Insisto, en cuanto al manejo de la política exterior del país, no me corresponde hacer ningún comentario. La línea general que el señor presidente de la República nos ha manifestado es “UN NO DEFINITIVO A LA GUERRA”, pero tampoco, una decisión unilateral y sin tener la seguridad interna en el país contra posibles actos terroristas.
―¿Cree usted que México sea objetivo de actos terroristas?
―¡Vaya, preguntas que me hace!! México no está exento de posibles actos terroristas. Es por ello, debemos estar y permanecer muy atentos para salvaguardar la soberanía y seguridad nacional.
―¿El Gabinete de Seguridad, es algo así como “El Club de Tobi”?
―Lo que sí quiero expresarle, es que, desde el primer momento, el presidente de la República ordenó al Gabinete de Seguridad que nos pusiéramos de acuerdo, y que juntos, elaboráramos planes de seguridad en casos necesarios, ante posibles ataques terroristas.
―¿Planes y estrategias diseñadas por civiles?
―Estos planes están diseñados y considerados por cada una de las Secretarías que integran el Gabinete de Seguridad, para ponerlos inmediatamente en actividad.
―¿Tenemos la sombra de ataques terroristas por ser simples vecinos de Estados Unidos?
―Estamos alertas, pero tampoco hay la necesidad de alarmar a nadie, mucho menos, si no existe ningún indicio claro y evidente. Afortunadamente, no advertimos nada de esto pero tampoco podemos bajar la guardia.
―¿A lo mero macho, en caso de desatarse un conflicto armado a nivel mundial, estamos preparados con tanquecitos del año de la canica?
―¿Otra vez con lo mismo? Mire don Edmundo, déjeme decirle que jamás, me habían cuestionado de tal forma. Tanto en la frontera sur como en el norte del país, han sido reforzadas con patrullajes militares, con personal especializado que están constantemente trabajando de día y noche. Aunque esto, tampoco es nuevo. Se reforzó la vigilancia permanente en instalaciones vitales y estratégicas para la vida del país, tales como lo son las instalaciones de Pemex, la CFE, aeropuertos y medios de comunicación que deben ser protegidos contra cualquier posible acto terrorista, pero, sobre todo, mantener una estrecha vigilancia del espacio aéreo del país, con un permanente recorrido de los aviones de la Fuerza Aérea.
―¿Simples programas sistemáticos?
―Este es el status que se mantiene hasta este momento. El Ejército, como usted me lo pregunta, sigue sus actividades normales como lo es adiestrarse. Una tarea sumamente importante, y muchas de las veces, no conocida. Tanto el Ejército como la Fuerza Aérea Mexicana no han cesado sus programas de modernización en los diferentes campos, de tal manera, es que se pueden preparar los cuadros de mando, sargentos, oficiales, jefes y generales.
―¿Se descuida el combate a la droga?
―¡Para nada!! Es obvio que, también, se sigue trabajando en la campaña permanente contra el narcotráfico, pero no solamente eso, sino que en esta época del año aumentan considerablemente los incendios forestales, motivo por el cual, la tropa mexicana está muy atenta para combatirlos oportunamente en diferentes partes del país.
―¿Un Ejército polifacético que lo ponen hacer trabajos de jardinería?
―¡¡Caray!! que duro es usted. Insisto, es un ejército al servicio de la sociedad mexicana, y una prueba de ello, son las constantes jornadas vecinales en las que participa nuestro Ejército, en donde se llevan a cabo una incansable labor social, que va desde la prestación de servicios médicos hasta el corte de pelo a jovencitos, esto es en beneficio de los núcleos sociales más desprotegidos, en donde los Comandantes de cada Región, son los encargados de organizar estas tareas, así sea hasta el último punto de la sierra hasta donde se llevan servicios médicos y de alimentación. Además, se reparan escuelas, se construyen canchas deportivas, vamos, eso es lo que hacen nuestros soldados.
―¿A lo mero macho, qué es lo que hacen los cadetes en las escuelas militares?
―En este momento, son más de once mil jóvenes que estudian en los diferentes planteles militares y que van desde posgrados, maestrías, licenciaturas, especialidades y hasta en nuestras escuelas de tropa, en donde se capacitan los Sargentos y Cabos. Todo este complejo educativo está funcionando a la perfección.
―¿Se siente satisfecho de su labor realizada como secretario de la Defensa Nacional?
―En primer lugar, quiero decirle que en el Ejército Mexicano no ocultamos ni escondemos nada.
¿A qué se debe que el Ejército muestre una apertura hacia los medios de comunicación?
―Le puedo decir que el primer asunto que constituye, no son cambios sino una evolución, llamémosle así. Consideramos que el Ejército Mexicano debe ser total y perfectamente conocido por la sociedad. Desde el inicio de la presente administración, recibí indicaciones del presidente de la República para abrir espacios de consulta para que la sociedad mexicana se vaya dando cuenta qué es lo que hacemos.
―¿Campañas y más campañas gubernamentales favoreciendo al Ejército?
―No, no se trata de cuestiones únicamente de palabra, son hechos que la misma población va comprobando. Efectivamente, existe una apertura de Sedena hacia los medios de comunicación con el deseo de informar lo que hacemos, lo cual, constituye un avance.
―¿De veras, se siente muy a gusto ser Secretario de la Defensa Nacional?
―¡¡Uff!! ¿Responderle que si me siento satisfecho o no de mi deber? Yo no voy hacer el que tenga que afirmar tal cosa, eso, le corresponde a quienes tienen la tarea de calificar nuestra labor.
―¿Es verdad que en Sedena se pisotean los Derechos Humanos?
―¡Eso es falso! En cuanto a los Derechos Humanos, esto ha sido un trabajo constante de distribuir esta carga de conocimientos de los Derechos Humanos. En nuestras Escuelas Militares es una materia básica, así como en las diferentes unidades militares a lo largo y ancho del territorio nacional en donde se encuentran las tropas y mandos. Se realizan intensas pláticas sobre Derechos Humanos, pero, sobre todo, exigimos que se respeten.
―¿Derechos Humanos que no se respetan?
―Ha tocado usted un punto muy importante porque la cuestión de los Derechos Humanos hacia el interior de las Fuerzas Armadas es un cambio muy importante».
―¿Existen militares indisciplinados?
―Otro de los aspectos fundamentales en nuestro Instituto Armado es disciplinar muchos asuntos.
―¿Acepta que en el Ejército y Fuerza Aérea les hace falta disciplina?
―¡No!, esto no quiere decir que nos haga falta disciplina, sino más bien, este asunto no se pierde. Los ejércitos, por sí mismos y por su naturaleza, demandan de muchos sacrificios. Esto se logra únicamente a base de disciplina, pero también, de otro elemento que es fortalecer mucho los valores de la identidad de uno como ejército.
―Con el respeto que me merece y su alta investidura ¿Por qué se dice que nuestros soldados son gorilas o robots vestidos de verde?
―Uno de los objetivos primordiales de nuestro Ejército, es avanzar en la evolución del conocimiento de cultura y de la formación de las mismas Fuerzas Armadas. Tener un mayor intercambio con cada una de las universidades que hay en todo el territorio nacional. Es decir, tenemos que colocamos en otro nivel de conocimiento cultural y general. Por supuesto, el aspecto militar. Decir que nuestros soldados son gorilas vestidos de verde o robots, me parece una falta de respeto de quien ignora de la profesionalización que lleva a cabo nuestro Ejército.
―¿Es verdad que en el Ejército hay más generales que soldados?
―Mire usted, en este sexenio, se viene una nueva generación de generales dado que los señores generales de división ya cumplieron con su edad límite que por ley se establece. Entonces, hay una generación de generales de dos estrellas, es decir de brigada y brigadier que van a tener que asumir el mando de todas las unidades y dependencias militares.
―¿Generales sin experiencia?
―¡No!, en el Ejército Mexicano no están permitidas las improvisaciones de ninguna manera.
―¿En el Ejército se puede improvisar?
―Le puedo asegurar que no. Trabajamos muchísimo con nuestros soldados, jefes y oficiales, haciéndoles ver que esta, es una institución que se debe únicamente a la sociedad.
―¿Existe un divorcio entre el Ejército y la sociedad?
―Nuestro Ejército se debe a la población y que sus fuentes de comunicación hacia el conglomerado, que es el país, nunca se deben de perder.
―¿Me habla de una disciplina, de un respeto y lealtad al Instituto Armado, sin embargo, por que se llegan a contaminar con el narcotráfico?
―Ese, ya es un asunto de voluntad propia. Nuestro instituto armado no tiene que apenarse cuando un compañero nuestro, toma un camino equivocado.
―¿De veras, duele cuando se le informa que tal o cual militar está involucrado con el narcotráfico?
―¡Claro que nos duele mucho, es más muchísimo! Nos llena de… hum, que le digo, de muchas cosas y de sentimientos encontrados.
―¿Los militares tienen sentimientos?
―¡Por supuesto! Los soldados somos muy sentimentales, aunque digan que somos duros y que parecemos estatuas, pero hacia el interior, tenemos el sentimiento de cuando alguien nos falla. Cuando alguien se equivoca, pero vamos, son voluntades independientes y no es la institución ni el Ejército o Fuerza Aérea al que se le dice corrómpete o desvíate.
―¿Golpes de pecho?
―¡No!, sino que son actitudes personales. Ahora bien, las instituciones, obviamente, están hechas de hombres y hay una cuestión que en el Ejército y Fuerza Aérea no pueden escapar al ambiente en general. Y no me refiero a lo ecológico, sino al contexto en el que la sociedad se mueve.
―¿Al pueblo que fueres…haz lo que vieres?
―¡¡Que bárbaro!! Es la primera vez que un reportero me increpa de tal manera. Respondiendo a su pregunta, quiero decirle que hace muchos años resultaba muy lejano ver estas cuestiones de narcotráfico. La situación no era ni se manejaba así, sino que ahora, hay una especie de materialismo y por el cual se quiere cambiar todo, es decir, lo que produce y da efectos rápidos, como sea y como caiga hay que hacerlo. Desgraciadamente, se ha perdido un poco la educación y el humanismo».
―¿Se perdieron los valores?
―Más que eso, el sentimiento de pertenencia y de compromiso con algo. Aquí, y no me gustaría entrar en otros territorios de análisis, pero veo que hace falta el humanismo. Siempre estamos detrás de una computadora porque nos resuelve los problemas, pero resulta que no resuelve valores, sentimientos ni compromisos.
―¿Los militares saben reír, llorar o están programados como una computadora?
―Si, y mucho. Lo que pasa, es que la misma formación recia nos hace ver como dijeran por ahí, como simples rocas inamovibles.
―¿A lo mero macho, en el Ejército les interesan los Derechos Humanos?
―El Instituto Armado resiente muchísimo cuando esto sucede, pero el agregado importante de todo esto, es que disponemos de un Código de Justicia Militar y de una Procuraduría Militar que están marcadas en el Artículo 13º de la Constitución. Cuando alguien se desvía, esa maquinaria entra en acción. En eso estriba que compañeros que no han sido fuertes en este sentido, tienen que enfrentar su situación con la justicia y se actúa de inmediato.
―¿Cómo acrecentar el respeto de la sociedad cuando se siente decepcionada por algunos elementos militares corrompidos por el narcotráfico?
―Mire usted, le puedo asegurar que muchas de las veces, hemos hecho numerosas encuestas a lo ancho y largo de la República y le preguntamos a la gente acerca de la imagen que tiene del Ejército Mexicano. Con enorme satisfacción, recibimos una respuesta positiva en el sentido que respetan mucho al Ejército. No le voy a presumir, pero los índices que favorecen al Instituto Armado son muy elevados.
―¿El Plan DN―111 seguirá vigente?
―En cuanto a la labor social que realiza el Ejército Mexicano y Fuerza Aérea, al auxilio que da a la población en casos de desastres. En la lucha contra el narcotráfico. En la formación de nuevos militares, vamos, hay una estadística que el propio secretario de la Defensa lo sorprende mucho, inclusive, esto parecería chocante de mi parte, pero siempre, estamos arriba del 83 por ciento. Todo ello se debe a que el soldado vive y convive muy de cerca con la población.
―¿Los soldados forman parte de otra élite ajena a la población?
―Esas son tonterías, nuestros soldados forman parte de nuestro pueblo, viven en su lugar y con su población. Vive con las sociedades, pero, sobre todo, con aquellas áreas del país que más necesidades tienen.
―¿Dónde es donde las cosas cambian de giro y en cuanto a cantidades?
―Bueno, pues en las grandes urbes, como lo es la Ciudad de México, en donde hay otro tipo de opiniones y que, por cierto, algunos críticos le han dado por llamarle como “El Círculo Verde”, que es todo el país. Mientras que el llamado “Círculo Rojo”, lo constituyen los intelectuales. Aquí hay una gran diversidad de opiniones, pero efectivamente, nos damos cuenta que en el territorio nacional, el Ejército es totalmente aceptado por la ciudadanía y eso es, para nosotros, el real valor de esta institución.
―¿Por qué cuando militares toman las riendas de la Secretaría de Seguridad Pública o PFP se asegura que se quiere militarizar el país?
―Eso es totalmente absurdo. En México no se quiere militarizar a nadie y no tenemos por qué mencionar esto, tal y como sucede en otras latitudes, en otros continentes o en otros países que hablan de militarización.
―¿México corre el peligro de una militarización en el poder?
¡No!, aquí no se ha militarizado a nadie, lo que sucede, es que simple y sencillamente no llegan a comprender que nuestro Ejército Mexicano y Fuerza Aérea, son únicos en el mundo.
―¿A lo mero macho, anhelan el poder?
―¡No!, no tenemos, de ninguna manera, ambiciones de ir fuera de fronteras a nada. No, tenemos nada que hacer. La misma historia nos refleja cómo han sido nuestras luchas internas y nuestras fuerzas armadas que tienen una visión interna importante. Tampoco es algo nuevo, sino que está en la Constitución y en nuestras las leyes, de tal manera, que nos obliga a permanecer en la línea con un absoluto y leal servicio a la patria.
―Antes de retirarme, quiero preguntarle, ¿Un secretario de la Defensa Nacional, cuánto dinero trae en sus bolsillos?
―Sorprendido por la pregunta, se levanta de su sillón. Introduce sus manos en las bolsas de su pantalón y extrae un pañuelo color blanco con sus iniciales grabadas en una esquina y un pequeño rosario de madera y me dice: “¿Satisfecho? Eso es todo lo que trae consigo el Secretario de la Defensa Nacional”.
―¿Un rosario para encomendarse a Dios?
―Antes de ser militar, Clemente Vega García es un hombre respetuoso de sus creencias y convicciones que en nada se interponen con su actual y delicada responsabilidad.
―Señor secretario, le agradezco mucho su tiempo, ¿Desea usted agregar algo màs?
―Le agradezco mucho su interés por conocer màs a fondo las actividades que realiza el Ejército Mexicano y Fuerza Aérea. Reconozco su profesionalismo, es un excelente entrevistador. Esta es su oficina cuando desee venir a conversar conmigo y le invito un café. En Clemente Vega García tiene a un amigo que siempre le dará mucho gusto estrechar su mano.
Demostrando una enorme sencillez y humildad, todo un caballero, el secretario de la Defensa Nacional opta por acompañarme hasta el elevador, me encamina hasta el estacionamiento destinado para el secretario de la Defensa Nacional. Acto seguido, le da instrucciones a uno de sus subalternos para que nos lleve de regreso hasta el periódico. Antes de abordar el vehículo militar, el General secretario, me da un fuerte pero sincero abrazo, con el que me transmite su enorme calidad humana que le caracteriza y distingue. Un extraordinario militar, sin temor a equivocarme, creo que ha sido uno de los mejores secretarios de la Defensa Nacional que ha tenido nuestro país.
Indiscutiblemente, las palabras expresadas por el entonces secretario de la Defensa Nacional, General de División Clemente Vega García, durante la administración del presidente Vicente Fox (2000―2006), en este conflictivo e incierto 2024, cobran vigencia por su profundidad, ante la deteriorada imagen que atañe a nuestras Fuerzas Armadas que han sido sometidas por un presidente que los convirtió en verdaderos lacayos de un supuesto rey que vive en un palacio.
A lo largo y ancho del territorio nacional, existe el contexto generalizado que nuestros soldados son utilizados, por indicaciones del propio presidente Andrés Manuel López Obrador, como simples albañiles y responsables de la construcción y administración de aeropuertos, carreteras, trenes, puertos marítimos, etc., alejándolos por completo de su misión principal, que es salvaguardar la soberanía nacional.
Como simple ciudadano y como reportero, me duele muchísimo ver como nuestros soldados son insultados, vejados y rebasados por delincuentes que cuentan con armamento superior, pero, sobre todo, con la instrucción superior de replegarse y tener en su mente la frase “abrazos y no balazos”, mientras que son abatidos por olas delictivas.
¿Quién será ese destacado militar que habrá de convertirse en el próximo general de división de cuatro estrellas y titular de la Secretaría de la Defensa Nacional? Todo indica que dicha decisión que asumirá la presidenta electa Claudia Sheinbaum y que hará pública antes del 15 de septiembre, seguramente, recaerá en favor del general de división Ricardo Trevilla Trejo.
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